domingo, 6 de septiembre de 2009

*INDICE POLITICO


Francisco Rodríguez


“Calderolandia” existe

September 6, 2009

Se puede tener por compañera la fantasía, pero se debe tener como guía a la razón.

Samuel Johnson

HAY QUIENES DICEN que hace buen rato “¡ya lo perdimos!”. El señor Felipe Calderón está instalado en una realidad que él mismo –con la “invaluable” ayuda de quienes están más próximos a su cerrado entorno— ha construido para evadirse.

Para él, los peores tres años de la reciente historia mexicana no existieron. Cree que durante los mismos recibió una suerte de curso propedéutico para ocupar un cargo para el que evidentemente no estaba preparado, y en tal virtud siente que hasta ahora está tomando posesión de la Presidencia de la República que hace justo tres años le entregara el fallo del Tribunal Electoral.

Lo peor es que sus paniaguados y panegiristas le refuerzan esa otra “realidad”: ¡Qué bárbaro! ¡Qué discursazo! ¡El mejor del sexenio! ¡Ahora sí…!

Empero, los saldos de los peores tres años están aquí: Quince mil muertos producto de una “guerra” carente de inteligencia y estrategia… desplome de la economía por la soberbia y la incapacidad de quien desde Los Pinos impone “sabiduría” y criterios… quiebra de las finanzas públicas por el despilfarro, los “guardaditos” electorales y aún debido al subejercicio de partidas presupuestales… polarización social atizada, como en 2006, so pretexto de las recientes campañas electorales… y su propia y creciente debilidad política.

Las alianzas que, contra la efectividad del sufragio, lo llevaron a ocupar Los Pinos están hoy rotas por su incapacidad. Empresarios extranjeros y nacionales vuelven a sacar sus dólares del país y obligan a Hacienda a revigorizar sus convenios con países extranjeros para que desde ultramar le digan dónde es que los cresos tienen a mejor resguardo sus recursos… la Iglesia católica mexicana lo critica y abandona, ante las crecientes versiones de su conversión al cristianismo debido a la constante presencia de personeros del preacher Billy Graham –quien ayudó a George W. Bush a controlar sus problemas de adicciones— en Los Pinos… los consorcios de comunicación masiva le retiran la confianza y prefieren constituir su “tele-bancada”, en aras de “flotar sin vejigas” y sacar ellos mismos adelante sus agendas… y así.

La “realidad” de Calderón, así y todo, es “Calderolandia”.

EN LA REPÚBLICA del spot Calderón cogobierna al lado del mexiquense Enrique Peña.

Pero hay diferencias. Hay clases. Los “infomerciales” del ocupante de Los Pinos están fuera de la realidad. Y es que Calderón se adjudica la construcción de obras que no son propias, bien porque se han erigido o aún construyen con recursos de la iniciativa privada, bien porque los recursos aplicados a las mismas son inversiones de origen local.

Marcelo Ebrard, gobernante perredista de la capital nacional ha precisado ya que la línea 12 del cuarentón Metro es una obra del Distrito Federal. Igual podría saltar José Andrés de Oteyza para clarificar que el tramo carretero Amozoc-Perote es una inversión de la empresa Obregón-Huarte-Laína (OHL) a la que aquí representa el ex funcionario lópezportillista. O Carlos Slim informar con exactitud que el Arco Norte –que une a las autopistas que llevan a Querétaro, Pachuca y Puebla— es construida por su empresa IDEAL. Y, entre otros, Fidel Herrera Beltrán para aclarar que, tanto el Periférico de Veracruz como el tramo Perote-Xalapa apenas tienen una aportación federal de menos del 20 por ciento de lo invertido.

En su realidad paralela Calderón cree que las obras son de su Administración, sólo porque lo invitaron a poner una primera piedra o a cortar un listón de inauguración.

El curso propedéutico, pues, donde el ocupante de Los Pinos no aprueba en materia de ejercicio presupuestal, pues la SCT ahora encomendada al “leal” Juan Molinar Horcasitas es campeona en el no uso de los recursos que la Cámara de Diputados le ordenó invertir y gastar.

ESTE PLAGIO PERPETRADO desde Los Pinos tendrá consecuencias. Porque ahora que Calderón dio discursivas muestras –al menos– de que, ahora sí, de veritas, ya quiere asumir el encargo al que lo encumbraron los poderes fácticos y que le dio el Tribunal Electoral, su circunstancia es más que adversa.

Ha delineado un decálogo de buenas intenciones que, para concretarse, deberán contar no sólo con el apoyo de un Congreso que no le es adicto, pues en la Cámara de Diputados el mayor peso lo tiene el PRI –partido al que exorcizó con un “Dios quiera que no regrese a Los Pinos”, y al que golpeó cual en 2006 lo hiciera con AMLO–, y en el Senado la figura que pesa es Manlio Fabio Beltrones, pues conjunta a tricolores y a “los chuchos”, también requiere Calderón del apoyo de los gobernadores (19 del Revolucionario Institucional) que, como nunca, son amos y señores de sus bancadas y otras anexas, aún de partidos que no les son propios.

¿Robándoles la autoría de las obras, cual ejemplo, conseguirá ya no alinearlos, cuando menos su consenso?

“CALDEROLANDIA” EXISTE A fe mía. Una nube rosa en la que flotan el señor Calderón y sus más próximos. Nube rosa que, por supuesto, está por encima de la oscura realidad que viven más de 100 millones de mexicanos, ahora colocados en el cabús mundial de la economía, la salud, la educación… y lo que se acumule en la semana que hoy empieza.

Nada cambia, pese a que el cambio haya sido el eje sobre el que se movió el discurso del día 2 en Palacio Nacional. Nada cambiará, si Calderón no es quien cambia.

Y no cambia. Es excluyente, como lo era antes del discurso del miércoles. Su media spree –desenfrenada serie de entrevistas en radio y TV– del jueves ni siquiera hizo escalas o saludos de paso en espacios informativos plurales o críticos. Sólo intercambió elogios con quienes, por convencimiento personal o interés empresarial, no cuestionarían ni las formas. El porqué relegó la pluralidad del Congreso y optó por la comodidad de brindar un mensaje aun auditorio unánime, por ejemplo.

Son las formas, que don Jesús Reyes Heroles –el verdadero— decía son el fondo de toda cuestión.

Una quimera. Una utopía. ¿Es lo que espera al país los próximos tres años?

Esperar que, como por arte de magia, se cumplan los buenos deseos discursivos de quien, ahora sí, de veritas, ya quiere tomar posesión de un cargo ganado en un tribunal…

¿Acabó el propedéutico?

¿O aún es mucho lo que tiene que aprender de otros políticos que, en sus tres años de ausencia –los peores que hemos vivido los mexicanos–, han llenado los enormes huecos para su beneficio personal?

El destino de “Calderolandia” es ya el mismo de “Foxilandia”.

Desaparecerá en un ¡puaf!

Índice Flamígero: Las pugnas al seno del llamado sector energético están a peso. Georgina Kessel le pega a Jesús Reyes Heroles GGG. Reyes Heroles GGG despide a Rosendo Villarreal –panista de pura cepa y… nada más— del segundo cargo jerárquico en Pemex. Y hay barruntos de tormenta en la CFE, prácticamente escriturada a Alfredo Elías Ayub, donde se podría armar un escándalo a raíz de un premio recién recibido. + + + Todo indica que en los “cambios” de gabinete largamente anunciados habrá más de lo mismo. Y es que, cuentan, ahora aparece en el tope de la lista el nombre del notario Miguel Alessio Robles, como sucesor en la PGR de Eduardo Medina Mora. Más de lo mismo. Es egresado de la Escuela Libre de Derecho, está dentro del llamado “círculo íntimo” de Los Pinos y, como en la canción, es amigo noble y “leal”. + + + A su desprestigio, el Tribunal Electoral suma ahora otro escándalo. Maricarmen Alanís, su actual presidenta y amiga de Margarita Zavala Gómez del Campo, está envuelta en otro escándalo inmobiliario. Compra de edificio a precio inflado. Sello de la fallida Administración actual.

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4 Comentarios »

  1. JAJAJA QUE BUEN COMENTARIO, ES USTED UN GRAN PERIODISTA, EFECTIVAMENTE AHORA NOS QUIEREN CAMBIAR LA IMAGEN DE CALDERON, ASI PASA DE SER EL “presidente del EMPLEO” AL “presidente del CAMBIO”, YO CREO QUE COMO DICEN EN MI PUEBLO, ES EL MISMO BUEY, SOLO QUE MAS CORNUDO.

    Comment by jluis — September 6, 2009 @ 6:07 am

  2. Francisco, no sólo existe Calderolandia, como antes existió Foxilandia, ahora nos están construyendo una auténtica telenovela para el 2012 llamada: “Peñanietolandia”… Patrocinada, como ya sabes, por el grupo que gobierna auténticamente a México, o sea, los dueños del dinero.

    Comment by Beto — September 6, 2009 @ 1:10 pm

  3. LA historia se repite: una vez como tragedia (fox) y otra como farsa (calderón) con visos de regresar nuevamente a una tragedia (2010)

    Comment by Pumita — September 6, 2009 @ 1:45 pm

  4. TODOS QUIEREN CAPITANEAR EL TITANIC, Y SE “OLVIDA” A VECES POR IGNORANCIA OTRAS POR MANIPULACION, LA RESPONSABILIDAD DE LOS SEÑORES FEUDALES LLAMADOS GOBERNADORES O LAS MAÑAS DE LA CLASE POLITICA ESTACIONADA EN EL CONGRESO, YA NO HAY PRESIDENTE OMNIPOTENTE AHORA LA CLASE GOBERNANTE ESTA EN EL CONGRESO QUE BAJO UNA ESTRATEGIA DE DEBILATIMIENTO Y BLOQUUEO SUEÑA CON GANAR EN EL 2012.
    TAMPOCO UN GABINETE BASADO EN LEALTADES HA BENEFICIADO AL PAIS.
    ESTAR DEBILITANDO Y BLOQUEANDO ES ALGO COMUN EN LA COMPETENCIA POLITICA LO VIMOS CON EL PEJECRAZY EN CONTRA DEL PRD PARA DESPUES CORTARSE LAS VENAS Y GRITAR QUE LOS DIRIGENTES SON INEPTOS.
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Pentagrama


Luis M Cruz



Más amarga medicina
September 6, 2009


1. Ecos del III Informe.

Al escuchar o leer el mensaje del titular del Ejecutivo Federal en la ceremonia privada realizada en Los Pinos, se generó el efecto de que pocos miraran lo sucedido en el último año y, por el contrario, el análisis posterior se orientara a intentar entender qué es lo que ahí se dijo.

De lo sucedido el último año, era de esperar que se tratara de justificar la tremenda caída en prácticamente todos los indicadores, ahora acentuada por la crisis internacional, pero que en realidad desde hace nueve años se ha venido manifestando ese efecto. El gobierno puede haber estado lleno de buenas intenciones, pero los resultados son francamente deplorables al carecerse de equipo y equiperos de mejor talante.

En cinco circunstancias adversas fijó el Presidente las causas de la grave situación que estamos enfrentando. Primero, el exterior: la más grave crisis mundial desde 1929, que ha golpeado de manera más que proporcional a la economía mexicana; segundo, el virus de la influenza, ante el cual fuimos el único país del mundo que reaccionó paralizando sus actividades productivas y escolares, en defensa, eso sí, de la humanidad; tercero, la enorme virulencia de los grupos del crimen organizado, cuya capacidad de fuego y recursos no fueron previamente estimados; cuarto, la caída severa en la producción y en los precios del petróleo, que representan el 40% de los ingresos públicos, y quinto, ahora, el impacto de la peor sequía en décadas, que está dejando sin agua a la zona centro del país y habrá de dañar seriamente la agricultura.

Tales son los desafíos detectados, pero ante el desempeño de la administración no existe el reconocimiento de alguna responsabilidad. Todo pareciera ser mala suerte, nada imputable a la gestión gubernamental, como si no se percibiera que en el mundo hayamos sido el país con el índice de crecimiento más bajo en los últimos diez años o que, ante la crisis, seamos el país que más rápido pierde puntos de crecimiento del PIB, rondando una caída del 8%.

Pudiera pensarse que algo se hizo bien en los últimos tres años y seguramente así ha de ser, porque a pesar de todos los azotes el país todavía está de pie. Pero también debiera de reconocerse que la actuación gubernamental deja mucho que desear. Sólo así podría explicarse una aprobación presidencial casi de panzazo, sólo superior al 6, y una evidente reprobación del gabinete, tronado en economía, en agricultura, en turismo, en gestión de la industria petrolera y con cero en desarrollo social y trabajo -la pobreza y el desempleo son lo único que ha crecido–, en seguridad pública –¡13 mil 500 ejecutados en casi tres años de gestión!- y en infraestructura física y salud –¿o cómo explicar que en estos dos rubros sustantivos, la aplicación del presupuesto registra los mayores subejercicios en el gasto público?

2.- La manipulación de la agenda.

Quizá por ello, el Presidente Calderón se salió del terreno movedizo de los datos concretos y, más que discutir el presente, se lanzó hacia el futuro, pretendiendo manipular la agenda y realizar el cambio… a la mitad del río, esto es, una vez que han transcurrido tres años de su gobierno.

De repente, descubrió que los actores políticos habían estado actuando a la luz del cálculo político-electoral, que la situación resulta insostenible y que se requiere realizar cambios profundos, para lo cual propone un decálogo para intentar resolver una triple disyuntiva: administrar lo logrado (¿?), proseguir con la inercia o realizar los cambios profundos… que él está pensando.

Es claro que el Presidente intenta ubicar en la oposición las resistencias al cambio, o bien, trasladar al Congreso las responsabilidades por todas las propuestas genéricas que habrán de encontrar difícil concreción. Sin embargo, al hablar, pareciera también estar ubicado frente a un espejo que le fuera mostrando las insuficiencias propias y las resistencias del régimen para cambiar, sobre todo ahora que perdió las elecciones y carece de respaldo legislativo automático.

De los diez puntos propuestos, lo primero que se percibe es un reordenamiento de las prioridades: lo principal, parecería derivarse del nuevo ordenamiento, es la cuestión social, en tanto que el combate a la inseguridad y la reforma política aparecen en los últimos lugares. Las cuatro primeras propuestas tienen que ver con una intención de actuar primero para proteger a los desiguales: exigencia del Estado para combatir la pobreza, dotación de una cobertura universal de servicios de salud, educación de calidad y reforma profunda de las finanzas públicas, para hacer más y costar menos.

Inmediatamente después, el quinto objetivo lo constituye la reforma de la economía, dice el Presidente, a fondo, para entrarle al tema de la competitividad, una nueva reforma energética quizá en el sector electricidad y, por supuesto, en materia petrolera, en donde el gobierno ha insistido en la participación el sector privado en refinación, transporte, almacenaje y exploración en aguas profundas. Propone, conforme al objetivo seis, reformas al sector telecomunicaciones en busca de la competencia y la convergencia tecnológicas que ya existen en todo el mundo, y en el objetivo siete, la reforma laboral, dice, en defensa de los derechos de los trabajadores. El objetivo ocho se refiere a la indispensable reforma regulatoria, partiendo de una hipotética base cero para propiciar una tala en la sobrerregulación que hoy padecemos y evitar los trámites absurdos, costosos y hasta corruptores.

La propuesta nueve se refiere a la profundización del combate a la inseguridad, ampliando el enfoque del narcotráfico hacia el robo, secuestro y la extorsión en que el primero ha evolucionado, en tanto que la décima idea aborda la reforma política, entendida más como una cuestión electoral que como una reforma institucional del régimen presidencial.

La fuga presidencial hacia adelante anticipa varias cosas, pero parece relevante el ordenamiento de las preferencias: primero, la pobreza, luego lo económico, después las llamadas reformas estructurales y por último, el combate a la inseguridad y la reforma política, que quizás en un país agraviado y afectado por tanto incumplimiento de las expectativas que le fueron generadas así como por el desgaste de la apelación al cambio con la que el PAN llegó al poder en el año 2000, pudieran tener un efecto distinto al que se pretende, que es concitar la unidad en torno al establecimiento de una agenda para la transformación de la realidad y la acción conjunta de la sociedad.

En estas circunstancias, el voluntarismo pudiera no ser la mejor opción, si no se sigue de los hechos que respalden cualquier apelación a la voluntad de diálogo. A la tormenta de ideas, debe seguir las propuestas concretas, para saber de qué tamaño es la voluntad de cambio o el nivel de las apuestas que se van a realizar, aunque, como señalara el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Montt, todo apunta a un lance de pirinola en el que todos ponen. De cualquier forma, hacen falta las iniciativas, los textos, los cálculos, para que todos, ni modo, sepan cuánto les va a tocar poner.

3.- Vienen más malas noticias.

Si el Presidente de la República no decide sorprender a la Nación con el anuncio de una reestructuración profunda del gabinete y del gobierno como para sostener una audaz proposición en el paquete económico del 2010 -por ejemplo, que anunciara que, como resultado del análisis de las posibilidades de contención y reducción del gasto público, el “boquete fiscal” de 300 mil millones de pesos puede ser autofinanciable con lo que el gobierno dejará de gastar–, entonces todo lo que viene son malas noticias para la población, las empresas y los trabajadores.

Nunca como ahora será más sensible la facultad de extracción de recursos de la sociedad que habrá de realizar el gobierno federal, vía el cobro de impuestos y el incremento de derechos, precios y tarifas del sector público.

En una especie de contrainforme, el escenario que plantea la Secretaría de Hacienda para el próximo año es más que catastrofista: o la amarga medicina para subir la canasta impositiva, o la postración por varios años del país, que iniciaría con la tragedia neoliberal de perder el grado de inversión en pos del cual se han invertido casi 30 mil millones de dólares de las reservas internacionales para sostener la flotación del peso entre 13 y 14 pesos por dólar.

En esta lógica, para evitar lo indeseable, las previsiones de la SHCP se centran en incrementar la recaudación para mantener un nivel de gasto público similar al realizado en los últimos dos años, afectando, sobre todo, las participaciones a los Estados y Municipios, que se llevarían al límite de lo posible.

Según estas previsiones, la SHCP propone un coctel de incrementos a diversos impuestos vigentes: llevar la tasa del Impuesto sobre la Renta a una cifra hasta del 32%, a ver qué tanto aguantan los causantes; modificar la aplicación del IVA por cualquiera de dos vías, o bien, gravar alimentos con una canasta básica exenta, o bien, aplicarlo de manera generalizada con una tasa reducida entre 10 y 12%; mantener el Impuesto Empresarial de Tasa Unica (IETU), buscando eventualmente subir la tasa uno o dos puntos; elevar el Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS), 5% más para vinos y licores, hasta 30% más a tabacos y 10% adicional a la cerveza. Más aún, estas propuestas preliminares podrían incluir el aplicar IEPS a la telefonía celular, con una tasa de hasta del 10%, y aplicar un 5% adicional a los refrescos y agua embotellada.

Como de lo que se trata es que el Presidente siga valiente en su cruzada recaudatoria, además de considerar las medidas extractivas, se reforzarían las coactivas, reduciendo los regímenes especiales -transporte, agro–, precisando la denominación de alimentos básicos y alimentos industrializados y fortaleciendo la aplicación de sanciones a evasores como delito grave, todo ello en abono a una situación que habrá de considerarse como de emergencia nacional.

4.- De dónde echar mano.

Se ha tornado un lugar común el responsabilizar al Congreso de la falta de avances en reformas que el gobierno federal cree necesarias, así como denostar y ridiculizar mediáticamente a la representación política nacional, ya sea porque se considere que hace uso de privilegios inmerecidos como el tener un seguro médico privado cuando existen servicios de seguridad social del Estado de deplorable calidad, o bien por hacer uso de coches nuevos con cargo al erario o de telefonía celular.

Sin embargo, más allá del tamborileo de los medios a los lances mediáticos del Ejecutivo Federal, poco trasciende del despilfarro de recursos públicos realizado para sostener la alta burocracia gubernamental.

Haciendo un ejercicio comparativo de las plazas asignadas a la administración pública federal, con el mismo número de ramos administrativos reportados -23 en total–, los niveles de subsecretario y homólogos, es decir, titulares de unidad que ganan como subsecretarios, pasaron de 223 en el año 2006 a 266 en este año de 2009. De este último número, sólo 68 son realmente subsecretarios, en tanto que 198 pasan por el tamiz de la simulación como “homólogos” que cobran como Subsecretarios.

En el siguiente nivel, que es el de Director General, se tiene una categoría similar como “Dirección General Adjunta”. En 2006, se tenían 675 Directores Generales de a deveras, en tanto que en el año 2009 ya fueron 968 Directores Generales, un crecimiento del 43% en esta nómina que cuesta entre 100 a 135 mil pesos mensuales cada uno sólo en el renglón de percepciones, sin contar el presupuesto que deben religiosamente administrar, el personal que les toca mandar, edificios y otros servicios de apoyo.

Pero, agárrese, en el rubro de los Directores Generales Adjuntos, en 2006 existían 867, esto es, 1.3 adjuntos por cada titular, en tanto que para el presente año de 2009, los Directores Generales Adjuntos son, ahora, ¡1,247!, esto es, ¡una cifra casi del doble de los directores generales auténticos que existían en 2006, hace tan sólo tres años!

Nada en estas cifras revela todavía un análisis funcional, esto es, para qué sirven tantos puestos de mando en la administración pública federal. Lo que sí revelan es el verdadero dispendio, despilfarro, dilapidación de los recursos públicos, que es por donde debieran valorarse los boquetes al erario. Cada uno de los directores generales y sus adjuntos, le cuestan al erario, como se mencionó líneas arriba, entre 100 y 135 mil pesos mensuales. Si tan sólo se suman ambas categorías en 2009, se tienen 2215 mandos superiores de este nivel actualmente cobrando en el gobierno federal.

Conforme a este ejercicio analítico, no le bastaría al Ejecutivo Federal proponer la desaparición de las Secretarías de Turismo, que supondría 27 mandos superiores menos de estos niveles; de la Reforma Agraria, que implicaría 17 mandos de estas cualidades, o aún de la propia Función Pública, que tiene 148 altos servidores públicos, 103 de los cuales son directores generales adjuntos. El verdadero ahorro sería poner fin al desorden, falta de control y de evaluación de resultados de la gestión pública que hasta el momento poco tiene que ver con la rendición de cuentas que es demanda central en cualquier planteamiento de reforma política.

¿Qué, en el ejercicio gubernamental, justifica tal explosión en el número de plazas? ¿Qué ha sucedido de extraordinario o excepcional en la administración del Presidente Calderón como para que existan casi un 30% más mandos superiores con cargo al erario? Sobre todo, comparado con el total de diputados y senadores existentes, 628 en total, los cuales, en el análisis mediático, día con día se señala que son excesivos y costosos.

Quizá pudiera ser cierto que son muchos, para lo cual existen propuestas de varios partidos para reducir el número de representantes populares hasta en un tercio del total. Quizá no sean tantos, sobre todo cuando se compara el Congreso con los Congresos de otros países del mundo, en donde la cifra de representantes populares es más o menos similar, no obstante que las poblaciones en muchas ocasiones son significativamente menores.

Lo que no parece explicable, en todo caso, es que, en estos tiempos de crisis y austeridad, el Gobierno Federal se siga viendo como el gran botín. Quizá a esto podría estarse refiriendo el Presidente Calderón cuando alude a las sorpresas que podrían encontrarse en la propuesta de reestructuración gubernamental que, a la luz de estos datos, resulta más que indispensable.

5. ¿Cuánto tiempo estaremos en el fondo?

Otro lugar común para hacer frente al mal tiempo con buena cara, es la expresión, recurrente en los círculos económicos oficialistas, de que la crisis ya tocó fondo. Nadie aclara que, en primera instancia, la afirmación se refiere a los efectos financieros, porque los efectos sociales aún están por sentirse. También, frente a esta posibilidad, tanto del gobierno como aún desde la Iglesia católica, se apuesta a la capacidad de aguante de la gente, como para afirmar que, a pesar de la severidad de la crisis económica, no habrá un estallido social.

No es difícil percibir que el estallido social ya se está dando, si bien no se ha expresado, como en el pasado, con alzamientos populares. Sin embargo, la severidad de la confrontación armada entre grupos de delincuentes y las fuerzas armadas y de seguridad pública, que ya arroja más de 13 mil 500 ejecutados en los casi tres años del gobierno actual, es también una expresión del descontento social y de la falta de opciones para atenuar los efectos de una crisis prolongada. Cualquier sociólogo o psicólogo podría sostener el argumento de que, ante la carencia de opciones e ingreso, la delincuencia se torna en la mejor alternativa, sobre toco cuando la otra es el hambre.

Más allá del juego de palabras, tanto del exterior como del Banco de México provienen algunas explicaciones adicionales: no es lo mismo tocar fondo, que automáticamente emerger de la profundidad. Lo más probable es que permanezcamos en el fondo por bastante tiempo, conteniendo la respiración no sabemos por cuánto tiempo. El Banco de México, en voz de su director saliente, Guillermo Ortiz, sin duda rompió el aplausómetro de la fiesta en el mensaje presidencial del Palacio Nacional, al afirmar que las principales caídas de las cifras económicas ya sucedieron, pero ello no significa que veremos alguna mejoría en lo inmediato.

De igual forma, las principales corredurías sostienen un pronóstico reservado sobre las expectativas de recuperación mexicana por un lapso que no irá más allá de diciembre para calificar si se mantiene o no el tan preciado grado de inversión para la capacidad de pago de las obligaciones internacionales del país. Las estimaciones hablan de una recuperación en la economía norteamericana del 2.5% en 2010, que podría estar asociada a las previsiones de la SHCP de una cifra similar para nuestro país el próximo año, pero en automático ello no significa la recuperación del millón de empleos perdidos o las 20 mil empresas destruidas. Un nuevo ciclo de crecimiento sólo sería apreciable a la vuelta de 2 ó 3 años, lo que haría de éste, el peor sexenio desde la época del general Lázaro Cárdenas.

En este sentido, la crisis social aún podría estar por venir, podría atraparnos en las fiestas de los Centenarios de la Independencia y la Revolución no sólo opacando un pretendido brillo, sino, sobre todo, obligando a un cambio radical. Por ello es que no bastan buenos deseos, bellas frases o buenas ideas para propiciar el cambio. Hacen falta pactos y que se cumplan, propuestas y compromisos que sean la base de un gran acuerdo nacional por la recuperación económica y el empleo, así como una reforma del régimen que olvide la suma cero y convierta el ejercicio de la política en una operación de suma positiva, en la que todos, cediendo un poco o un mucho, ganen en la debida proporción. Si vienen tiempos de sangre, sudor y lágrimas, hace falta un Churchill en la política mexicana para salir adelante sin destruir las instituciones. De otra forma sólo tendremos algún caudillo que, apoderándose de la política, suplante o destruya a las instituciones.

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