El otro discurso

Política y estilos
Colaboración Esp - Sábado 5 de septiembre (08:45 hrs.)

(Foto: Cuartoscuro)

• El otro discurso
• Rosaura Cruz de Gante*

El Financiero en línea

México, 5 de septiembre.-Fuera de la sede del Congreso de la Unión –porque así lo decidieron el año pasado buena parte de los diputados que acaban de ser relevados- el presidente de la República pronunció uno de los discursos más sólidos que haya dicho un mandatario mexicano.

Al cabo de casi una hora en que presentó un recuento de lo que ocurre en el país, enumeración de hechos que a nadie sorprendía porque son de todos conocidos, Felipe Calderón sorprendió a propios y a extraños con el mensaje político que les dirigió a todos los actores políticos presentes (y no presentes) en Palacio Nacional, sede del poder ejecutivo.

Abiertamente lanzó un llamado a tomar conciencia de que la viabilidad de México, nuestra casa, que será el principal patrimonio de las futuras generaciones, está en riesgo, por lo que es momento de tomar decisiones, actuar y asumir responsabilidades superiores.

Se trata; dijo palabras más, palabras menos; de construir un cambio de mentalidad, remontando diferencias ideológicas e intereses de grupo para reencontrarnos e identificarnos como una sociedad madura y fortalecida a fin de hacer frente a las adversidades.

Calderón, el presidente que hace 3 años tuvo que iniciar su gestión ingresando por la puerta trasera del recinto oficial, pronunció un mensaje propositivo en el que sobre todo exhortó a optar por lo que beneficie a las mayorías, a los ciudadanos y se reiteró dispuesto a ir al Congreso a escuchar y a dialogar con todas las fuerzas políticas.

Dio muestras de verdadera preocupación por el estado en que se encuentra el país, al reconocer los retrocesos y los estancamientos que se han dado durante los últimos años; asumió culpas, pero no se desgarró las vestiduras.

En ciertos momentos dio la impresión de que está desencantado de su gabinete, amigos a los que les encomendó importantes áreas de gobierno que no han sabido responder a la confianza que depositó en ellos. No descalificó ni reclamó a la oposición, pero exhortó a reflexionar “si el actual sistema político permite procesar los conflictos”, y reconoció lo que hace tiempo se ha evidenciado: “los ciudadanos no están satisfechos con la representación política”.

Este 2 de septiembre, Calderón pronunció un mensaje autocrítico que dista mucho del triunfalismo que caracterizó a sus dos informes anteriores y a los que han rendido en el Congreso sus antecesores. Tendió la mano incluso a quienes se han resistido a reconocer su legitimidad y pidió su colaboración.

Se dijo dispuesto a reducir el tamaño del gobierno para hacer más con menos.
Propuso a todos los actores políticos trabajar juntos en una agenda de 10 puntos que confía en que contribuyan a impulsar la transformación del país a fin de superar carencias, rezagos e incluso desencuentros que han polarizado a la sociedad y agravado los problemas.

Pareció sincero y objetivo, pero también propositivo. Incluso, más allá de diferencias ideológicas, pudo haber tocado fibras sensibles de los representantes de la sociedad ahí presentes; la mayoría parece haber entendido que difícilmente habrá otra oportunidad de sacar adelante al país.

Este discurso presidencial no es para echar campanas a vuelo, pero vale la pena revisarlo y no perder de vista varias partes se su contenido; así la sociedad podrá reconocer o reclamar, según se amerite.

Pronto sabremos, si lo dicho este 2 de septiembre fueron sólo buenas intenciones, o verdadera convicción.

Periodista, consultora en comunicación.
Becaria de la OEA en el diplomado “Ética Periodística en las Américas”
Es comentarista en Radio Fórmula, 1470 AM
Ex presidenta del Club Primera Plana

(El Financiero en línea/GCE)

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